La seguridad negligente es la falta de proporcionar una seguridad que sea al menos tan buena como la que proporcionaría un propietario de negocio o propiedad razonablemente prudente en circunstancias similares.

La seguridad negligente puede ocurrir cuando el propietario u operador de una propiedad no proporciona medidas de seguridad adecuadas para proteger a los visitantes, empleados o residentes de daños previsibles, como no instalar iluminación adecuada, cámaras de vigilancia o entradas seguras.

El propietario u ocupante de una propiedad puede ser responsable de las lesiones físicas que un cliente u otro invitado sufra en sus instalaciones si ese propietario/ocupante “no ejerce el cuidado habitual para protegerlo contra el peligro”. La atención ordinaria puede incluir una obligación proactiva de tomar medidas de seguridad adecuadas.

Las empresas y los propietarios tienen la responsabilidad básica de mantener seguras a las personas que se encuentran en sus instalaciones. Entre otras cosas, esta responsabilidad incluye el deber de tomar las precauciones de seguridad adecuadas. Cuando las empresas no brindan seguridad, pueden ser legalmente responsables de un ataque criminal de terceros.

Un reclamo de seguridad negligente requiere una investigación exhaustiva. Algunos ejemplos de fallas de seguridad que podrían ser negligentes incluyen:

• Medidas de seguridad física obsoletas o ineficaces
• Cerraduras de puertas rotas o lectores de tarjetas de acceso dañados
• falta de personal o guardias de seguridad capacitados
• Sin iluminación, especialmente en escaleras o estacionamientos
• Falta de protección adecuada en las entradas o entradas seguras
• No instalar cámaras de vigilancia.

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